Por Alberte Zato (imágenes del autor y su esposa)

 

Esta es un crónica rápida y muy improvisada, también básicamente gráfica, de un viaje en tren (Intercity) realizado en Centroeuropa (desde Berlín a Praga, rindiendo viaje en Viena), en Julio del 2006. Días de fuerte calor en toda Europa central; el aire acondicionado de segunda clase no pudo con él, y los viajeros de dichos coches sufrieron lo suyo, -a pesar de ser de los DB y su marchamo de eficiencia y calidad-.

 

 

 

 

Los coches de primera clase de los DB son sumamente cómodos, pero los 40 grados en el exterior pudieron con el aire acondicionado y a pesar de su comodidad, el viaje fue un poco caluroso.

 

En los de segunda clase todavía fue peor, al estar situados detrás del coche restaurante y estropearse el sistema de refrigeración. Los revisores, tanto los alemanes como checos, muy diligentes, permitieron a niños y personas mayores su paso a primera clase sin ningún problema. Esto mejoró mucho la situación y siempre es de agradecer la diligencia y saber hacer en funcionarios ferroviarios.

 

 

 

 

 

 

 

El autor, un poco acalorado pero cómodamente sentado, en un coche de los DB de primera clase. Los asientos eran realmente cómodos e invitaban la relajación y admiración de los detalles ferroviarios de fuera (un poco calientes, todo hay que decirlo).

 

 

 

 

 

 

Esta gran locomotora fue la gran culpable del excelente ritmo y marcha alegre del viaje. Esta Skoda 371 de los ČD de Chequia (tan conocida por mí en Trainz) es realmente una máquina muy potente y rápida, y ciertamente estética.

 

Aquí la vemos ya separada en la estacion de Praha-Holešovice, después de su gran servicio desde Berlin. En Praha, parada y fonda turística durante unos días. Pero la estación de Praha-Holešovice dió algo de sí, y una nota de humor (véase debajo).

 

La estación de Praha-Holešovice (que no es la estación central de Praga) es una estación de paso de los trenes internacionales del eje Norte-Sur-Norte de centroeuropa. Desde luego, es un lugar ferroviario muy interesante por la variedad de material rodante que se puede vislumbrar. Claro está que el material de tracción es mayoritariamente de los ferrocarriles checos pero el material eslovaco también se deja ver, como veremos en este reportaje. El material remolcado es diverso y las siglas y logos de muchos operadores ferroviarios son visibles en coches de viajeros y vagones de mercancias que también pasan por estas vías.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esta estación de Praga ofrece contrastes muy interesantes: de lo más moderno como este tren de gran velocidad y comodidad...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

...hasta una veterana soviética que sigue funcionando como un reloj, y no hay Skoda que las jubile. Eso sí, ya sin estrella roja.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pero la modernidad nunca lo puede todo... sobre todo con los mosquitos. Aquí vemos como este afanado funcionario ferroviario checo le da al cubo y al cepillo, escalera de madera en ristre, para limpiar el parabrisas de la modernísima unidad tractora, cuyos constructores no habían pensado en la mosquitada que con estos calores sobreabunda por estas zonas centroeuropeas. En fin, que la modernidad todavía es humana por estos pagos, como se ve.

 

 

Los tranvías praguenses nos retrotraen a esas escenas de películas de espionaje del Telón de Acero, cuando Praga era centro de mil y una intrigas de la Guerra Fría. Tal es su vetustez y aspecto de otras épocas, aunque siguen funcionando magníficamente y son el elemento de transporte urbano fundamental en esta ciudad de terreno difícil y poco apto para bicicletas. Las líneas de autobuses son testimoniales y el tranvía domina todo el paisaje urbano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tras unos días de turisteo en Praga, de vuelta a la estación de Praha-Holešovice para reaundar nuestro periplo hasta Viena. Allí en la estación nos encontramos con esta bella Skoda de los Ferrocarriles Eslovacos que está esperando que llegue nuestro tren desde Hamburgo para efectuar el cambio de máquina hasta Breclav, última estación de Chequia. La máquina no está sucia, aunque así lo pueda parecer, son ¡mosquitos! acumulados de su anterior servicio.

 

 

 

Ya de nuevo a bordo del Intercity Hamburg-Berlin-Praha-Wien y hasta la última estación checa de Breclav, nos encontramos con diferentes escenas ferroviarias:

  • Coches checos superconocidos (sí, sí, los de Bald/Milcien/Zato) con sus alegres colores verdiblancos, pero en un estado lamentable como se puede comprobar.
  • Coches rojos de los Ferrocarriles Eslovacos (sí, sí, esos eran los de primera clase, los de segunda, ya ni los sacan) remolcados hacia Bratislava (capital de Eslovaquia) por una vetusta máquina checa (cosas del reparto y la independencia en su momento)
  • Unos espartanos pórticos de catenaria checa, que cumplen bien su misión, y a lo mejor sin tanto costo como los nuestros.
  • Escueta estación de la mítica ciudad checa de Brno (gran emporio industrial de Skoda)
  • y las sempiternas Skodas -en este caso una 163- (uuuufff, cuánto me gustan estas máquinas) con sus variadas y coloristas libreas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y despúes de abandonar Chequia nos adentramos en tierras austriacas con una vía monobloque muy curiosa, con una traviesas tan separadas que parece que fueron colocadas en épocas de vacas flacas. Desde luego no era vía de alta velocidad, no.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En Breclav, la ÖBB se había adentrado unos kilómetros en Chequia para ofrecernos este bello espectáculo. Una preciosa y potente Taurus se hacía cargo del los coches DB de nuestro tren. Lástima que la vía no permita grandes diabluras de velocidad y la marcha no pasaba de 120 km/h.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La Taurus nos llevó plácidamente hasta la Wien-Südbahnhof, donde comenzó nuestro turisteo vienés, con interludio de algunas visitas a estaciones locales, como veremos a continuación.

 

 

 

El tranvía de Viena es más moderno y silencioso que el de Praga; es también pieza fundamental del transporte urbano, pero no tanto como en la capital checa, ya que el U-Bahn da mucho más y mejor servicio que el Metro praguense de sólo dos líneas.

 

 

 

Impresiones finales ferroviarias de Viena:

  • Ferrocarril moderno de la ÖBB
  • Decoraciones vistosas de los "Shuttle Commuters"
  • Las Taurus dominándolo todo, como se merecen
  • Sistema de catenaria realmente ampuloso y duradero, sin reparar en gastos en postes y pórticos
  • Línea de vía doble a lo largo del Danubio, un lujo para la vista y recreación del aficionado ferroviario
  • Estación Wien-Nord de tráfico de "commuters" espaciosa y realmente cómoda.

 

 

 

Este cronista le saluda desde el atardecer de las orillas del Danubio, agradeciéndoles su visita a este reportaje...